Petra, tesoro de piedra
Conocer Petra ha sido, desde siempre, deseo y fantasía de muchos. Una maravilla literalmente esculpida en roca arenisca y escondida entre estrechos pasadizos de altas e impresionantes paredes de piedra. Así, no ha de ser difícil recordar que Petra se traduce como πέτρα «piedra», en griego.
La presencia de agua y la seguridad proporcionada por el emplazamiento de Petra hizo de ella una parada natural en la intersección de varias rutas de caravanas que conectaban Egipto, Siria y Arabia con el sur del Mediterráneo, cargadas sobre todo con productos de lujo (especias y seda de la India, de marfil de África, perlas del Mar Rojo e incienso del sur de Arabia). La resina de «árbol del incienso» (Boswellia) era codiciada en todo el mundo antiguo como una ofrenda religiosa especialmente valiosa así como medicamento.
La actividad comercial generada por las caravanas y las tasas percibidas producían importantes beneficios para los nabateos. Como resultado, la ciudad albergó desde el siglo V a. de C. un importante mercado que estuvo activo hasta el siglo tercero.
LOS PRINCIPALES MONUMENTOS
Esta escultura tallada en la roca forma parte de una de las 7 maravillas del mundo moderno.
Alrededor de Petra se encuentran tumbas excavadas en la roca que presentan fachadas de tipo helenístico incluido el célebre Khazné y el monasterio Deir. También se encuentran veinte rocas llamadas jinns que representan quizá a los dioses vigilando la ciudad.
El Qasr al-Bint, fue uno de los principales templos de la ciudad y una de las pocas estructuras construidas en lugar de haber sido talladas en la roca. Destruido por un terremoto, fue reconstruido más tarde.
Muchos de los más grandes monumentos (el Khazneh, el teatro, Qasr al-Bint…) se construyeron durante el reinado del rey Aretas IV Philopatris (del año -9 al año 40).
Durante la dominación bizantina, se construyeron grandes iglesias fastuosamente decoradas con piedra traída de Grecia, Egipto y otras tierras lejanas. A menudo utilizan el mármol y el granito en los antiguos templos nabateos y romanos. La «Iglesia bizantina», descubierta en 1990, fue construida en el siglo V, se encuentra al norte de la calle de las columnas . Se decoraron con mosaicos y teselas de vidrio y piedra, a veces recubiertas con hojas de oro. Su estilo era más bien greco-romano con detalles inspirados en Petra y sus alrededores, en sus plantas y animales. La iglesia fue víctima de un incendio a finales del siglo V, que destruyó el mármol (repartido en más de 4000 fragmentos encontrados por los arqueólogos) y dañó más de 140 papiros que se mantenían en una sala adosada perteneciente a una familia acomodada.
Su localización tampoco es casual. Se encuentra entre el Golfo de Aqaba y el Mar Muerto a una altitud de 800 a 1396 metros por encima del nivel del mar al este del Valle del Arabah, en la región montañosa de Edom. Goza de suministro seguro de agua, lo que hace que sea un lugar propicio para el desarrollo de una próspera ciudad. El lugar es accesible sólo por un estrecho sendero de montaña por el noroeste, o al este a través de un cañón de aproximadamente 1,5 km de longitud y hasta 200 metros de altura. El Siq, el acceso principal, en su lugar más estrecho mide apenas dos metros de ancho.
BREVES APUNTES HISTÓRICOS
La historia de Petra es larga. En su momento, era un valle muy valorado por su sencilla defensa. Sin embargo, sus primeros habitantes fueron nómadas. No hay huellas físicas de las viviendas más que a partir de la época nabatea, ya que esta civilización construyó, se desarrolló y vivió allí durante mucho tiempo. Tras el período bizantino, el lugar fue prácticamente abandonado, por lo que hay pocas fuentes que evoquen ese momento, lo que hace difícil reconstruir la historia de la ciudad durante un largo período. Tras el redescubrimiento de la ciudad por Jean Louis Burckhardt en 1812, se ha encontrado en los escritos de la antigüedad muchas fuentes que evocan la historia de Petra.
El Siq también es representado a menudo por su lado misterioso y monumental así como la Khazneal-Firaun, calle central de Petra.
Hay un teatro que fue originalmente construido por los nabateos en el siglo I, con una capacidad de 3000 espectadores, y luego fue ampliado por los romanos en el 106 E.C. a 8500 espectadores. Fue tallado mayormente en la roca, pero la parte del proscenio fue construida con una mezcla de roca tallada y de albañilería; tenía un orquesta semi-circular y gradas en tres niveles superpuestos en forma de luna creciente. El teatro fue descubierto en 1961 y sacado a la luz por un equipo de arqueólogos americanos.
PETRA DE NOCHE
Si bien la imagen más conocida de Petra es a la luz del día, actualmente existe la opción de visitar ésta maravilla a la luz de la luna, una experiencia inolvidable. Los encargados del monumento preparan una hilera de pequeñas velas a lo largo de todos los pasadizos.
El visitante va avanzando entre las silenciosas rocas acompañado por la cálida luz de las pequeñas llamas, que dan al conjunto una áurea de misticismo y magia. El momento álgido lo encontramos al llegar a la sala del Tesoro: toda la plaza está inundada de velas y, en medio, un solitario beduino entona nostálgicas melodías del desierto con una revaba.
Los visitantes, inmersos en el momento se sientan en el suelo y disfrutan de unos instantes que no olvidarán jamás.
-Diana R. A.