El curioso curso del Nilo, el Alto y Bajo Egipto
El Nilo es, sin duda, el auténtico gobernador de Egipto. El río considerado como el más largo del mundo ofreció las condiciones necesarias para que una civilización tan fuerte como la del antiguo Egipto se desarrollara durante miles de años y modernizado hasta nuestros días. En medio del desierto, sus orillas y crecidas fertilizan la tierra y su curso hizo avanzar las rutas de comercio a lo largo del territorio. Los egipcios creían que los dioses se desplazaban en barco, ¿cómo iban a hacerlo de otra forma, si navegar por el Nilo era la forma más rápida, agradable y cómoda para sus hijos, los faraones?
El visitante, hoy, puede vivir la misma experiencia en los tres o cuatro días que dura el crucero por el río. La navegación calmada, tranquila y silenciosa, de templo a templo, va acompañada de magníficas puestas de Sol y amaneceres en donde el astro se muestra en su máximo esplendor.
Existe otro detalle del Nilo que condicionó toda la política, funcionamiento y simbología del antiguo Egipto: contrariamente a la mayoría de los ríos del mundo, el Nilo avanza de Sur a Norte y, así, da la vuelta a los binomios estandarizados de arriba-abajo, norte-sur.
El nacimiento de los dos afluentes del Nilo tiene lugar en el sur, el Nilo Azul en el lago Tana, Etiopía, y el Nilo Blanco en Burundi, Sudán. Es en Sudán donde los dos afluentes se unen y forman el gran Nilo que recorrerá Egipto para desembocar en el mar Mediterráneo. Así, siguiendo la lógica del curso del agua, los egipcios dividieron el país en Alto Egipto y Bajo Egipto, correspondiendo al sur el primero y al norte el segundo.
Simbología del Alto y Bajo Egipto
La división del territorio data de épocas anteriores a la primera dinastía faraónica y el concepto de dualidad se conservó incluso después de la unificación. La necesidad de mostrar unidad entre las dos tierras se veía representada en la mayoría de templos, jeroglíficos, ornamentaciones y festividades. Los símbolos que podrían considerarse más básicos por su relación directa con la naturaleza son la flor de loto, en el Bajo Egipto, y la planta del papiro, en el Alto Egipto, puesto que ambas plantas son típicas de su zona y de gran importancia en la cultura del país.
Se dice que la esencia de la flor de loto es la primera del mundo y hoy en día es usada como componente de muchos productos de grandes marcas de perfumes. El interés de la planta del papiro es evidente, sus hojas, sin necesidad de añadir ningún otro material, eran utilizadas para elaborar el papel de papiro.
Muy recurrente es también el juego de coronas de los faraones. La corona blanca para el Alto Egipto y la corona roja para el Bajo Egipto, las cuales se llegaron a combinar en una para dar la imagen al faraón de “señor de las dos tierras”.
También los dioses eran encargados de representar ambos territorios. Entre los más importantes encontramos la diosa buitre, Nekhbet, en el sur, y en el norte la diosa cobra, Uadjet. Además, el famoso Horus se asocia con el Bajo Egipto y Seth, su hermano, al Alto Egipto.
Un apunte interesante nos lo da la arquitectura y la estructura de los templos. Un gran ejemplo es el templo de Horus en Edfu, considerado el templo más bien conservado de Egipto. En el pilono vemos unas imágenes esculpidas a modo de espejo, pero, en realidad, la parte derecha representa el Alto Egipto y el izquierdo el Bajo Egipto.
Finalmente, destacar la belleza del significado de la llave de la vida, ya que este símbolo tan famoso representó, en origen, los dos afluentes del Nilo que se juntaban y formaban un todo, una unidad indivisible como lo fueron el Alto y Bajo Egipto.
-Diana R. A.